Publicado por Adela Domínguez
En algún momento de nuestras vidas todos hemos oído hablar, tarde o temprano, de Emmeline Pankhurst. Sobre ella sabemos que fue una de las líderes de la lucha sufragista británica y que junto a otras mujeres peleó para conseguir el voto femenino. Y también sabemos que muchos la utilizan a día de hoy como justificación de las acciones violentas durante protestas ciudadanas. Pero, ¿quién fue en realidad y por qué fue tan importante?
Emmeline nació en julio de 1858 en Manchester. Sus padres eran muy activos en el mundo de la política y la introdujeron en el mundo del sufragismo cuando tenía 14 años. Asistió a la escuela parisina École Normale. Sin embargo, el liberalismo de sus padres no quitó que la educaran para ser una buena madre y esposa.
En 1879 se casa con Richard Pankhurst, un abogado 24 años mayor que ella y defensor del derecho a voto femenino. Su esposo fue un gran apoyo en su lucha, puesto que la ayudó a fundar la Women’s Franchise League, una asociación que defendía el sufragio femenino. Sin embargo, esta no tuvo un gran recorrido en el tiempo.
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Emmeline volvió a intentarlo en 1903, cinco años después de la muerte de Richard y fundó la Women’s Social and Political Union, compuesta únicamente por mujeres a las que se conocía como suffragettes. Esta asociación defendía la lucha por el derecho a voto de las mujeres a través de acciones, dejando a un lado las palabras. Las suffragettes llevaron a cabo sabotajes y ataques en los domicilios de los miembros del Gobierno y del Parlamento lo que las llevó a entrar en varias ocasiones en prisión.
La asociación se radicalizó todavía más cuando tomó el mando Christabel, la hija mayor de Emmeline Pankhurst. En este punto, aumentó la tensión con el Gobierno y las acciones de las suffragettes fueron más allá. Entre otras cosas, comenzaron a provocar incendios y convocaban huelgas de hambre. Esta radicalización no gustó ni a otras sufragistas ni a las propias componentes de la asociación. Tal fue la situación que la mayoría de sus miembros abandonaron la formación, incluidas dos hijas de Emmeline Pankhurst: Adela y Sylvia. Esto no gustó nada a nuestra protagonista, que incluso obligó a su hija Adela a emigrar a Australia.
La asociación no estuvo nunca libre de crítica interna. Muchas suffragettes criticaban la falta de democracia en la asociación, puesto que Emmeline se negaba a que todas las integrantes de la asociación votaran para elegir quién lideraba la formación.
La lucha por el voto femenino de las Pankhurst se detuvo por completo en la Primera Guerra Mundial para apoyar a su país en la lucha contra Alemania y durante este periodo centraron sus esfuerzos en animar a mujeres y jóvenes a ir a trabajar a las fábricas. Una vez finalizado el conflicto, en 1918, el Gobierno británico concede el derecho a voto a todas las mujeres mayores de 30 años y propietarias.
Una vez conseguido el objetivo principal de su lucha, Emmeline Pankhurst transformó la Women’s Social and Political Union en el Women’s Party que luchó por conseguir la igualdad entre hombres y mujeres y la integración de estas en la vida pública y laboral. En sus últimos años de vida también luchó para que se estableciera la edad legal para votar de las mujeres en los 21 años, igual que la de los hombres. El Gobierno había establecido esta diferencia de edad para evitar que el sector masculino, que había sufrido una gran cantidad de bajas durante la contienda, quedara en minoría.
Finalmente, en junio de 1928 falleció pocas semanas antes de que el Gobierno cambiara la edad legal para votar de las mujeres a los 21 años.
Adela Domínguez
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