Consejos para viajar al Reino Unido con diabetes

Publicado por Adela Domínguez

El coronavirus nos ha quitado los viajes. Pero hay algo que no nos puede quitar y es la ilusión por el primer viaje que hagamos cuando todo esto pase (que empieza ya a sonar un poco a “cuando tenga tiempo y dinero voy a…”). Últimamente me he puesto melancólica y estoy recordando aquellos tiempos en que me montaba a un avión con mi mochila y una sonrisa en la boca que todo el mundo podía ver porque, aunque me cueste recordarlo, hubo un tiempo en que la única mascarilla que usaba era la del pelo. Y al recordar estos viajes me he dado cuenta de cómo mis prioridades y preocupaciones durante los viajes cambiaron en 2014 cuando me diagnosticaron diabetes. 

Recuerdo que antes del primer viaje tras el diagnóstico no hacía más que buscar experiencias por Internet para asegurarme de que todo fuera bien. Así que aquí estoy yo dispuesta a contaros mis experiencias para todos aquellos que ahora buscáis consejos para viajar al Reino Unido teniendo diabetes.


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Antes del viaje

Si eres diabético sabes que en cualquier momento una cánula se puede doblar y darte un susto, te puedes coger un resfriado que te suba la fiebre y con ella la acetona… y que muchas veces esas situaciones pueden llevarte a necesitar asistencia médica. Por ello es muy importante que un tiempo antes del viaje barajes todas las opciones.

Yo hasta ahora he viajado con la Tarjeta Sanitaria Europea, que por suerte no he necesitado usar. Sin embargo, tras el Brexit, solo serán válidas hasta el 31 de diciembre de 2021. A partir de 2022 no está claro que va a pasar con este servicio. Por eso, lo mejor es que busques un seguro médico que te de cobertura allí en caso de tener algún problema con la diabetes.

En caso de tener que ir al médico allí, recuerda que no miden el azúcar igual que nosotros. Aquí lo hacemos en mg/dL, mientras que allí lo hacen en mmols/L. Una escala de 0 a 14. Así que no te asustes si te miden allí el azúcar y te dicen que estás a 9. No te estás muriendo ni nada de una hipoglucemia, estás más bien a 165 en los valores a los que nosotros estamos acostumbrados.

Imagen de un medidor de azúcar

Otra de las cosas por las que te tienes que preocupar antes de tu viaje es asegurarte que tienes un certificado médico que acredite que tienes diabético y el tratamiento que estás realizando. Hasta el momento nunca me lo han pedido, siempre me han creído sin necesidad de enseñar ningún papel. Sin embargo, más vale prevenir que curar. Si no tienes ningún documento hasta el momento que demuestre tu enfermedad y tratamiento, puedes pedírselo a tu endocrino, enfermera o doctor de cabecera, a ser posible que te lo hagan en inglés para que te sirva en cualquier aeropuerto.

En el aeropuerto

Lo primero de todo es que te asegures de que tienes snacks (sólidos) para las bajadas. Yo siempre intento llevar una cajita con galletas de chocolate, chocolatinas, gominolas y cosas así para evitar que en el control me tiren los zumos. Respecto a los geles de glucosa, siempre me han parecido la cosa más horrible del mundo y nunca he sido capaz de tomármelos, así que no sé si dejan pasarlos o no porque nunca lo he intentado.

Asegúrate de llevar la insulina y recambios en la maleta de mano o mochila que vayas a llevar en la cabina. Por un lado, para asegurarte que, si te pierden la maleta, al menos sigues teniendo todo lo que necesitas para controlar la enfermedad. Por otro lado, por miedo a que den un golpe a la maleta y encontrar la insulina llena de burbujas.

Imagen de un lapiz de insulina

Puedes llevar toda la insulina y material que necesites para tu viaje. La última vez que fui a Reino Unido Unido me quedé allí tres meses, y como a veces peco de precavida, llevé insulina suficiente para cinco meses y el hombre de Barajas que revisaba el equipaje al ver la gran cantidad que llevaba me preguntó, en broma, que si estaba traficando con insulina. Debí poner tal cara de susto en ese momento que el trabajador me explicó al instante que no había ningún problema y que podía llevar toda la que necesitaba para mi viaje. Creo que media hora más tarde todavía seguía pálida.

Otro aspecto a tener en cuenta es que si estás en tratamiento con bomba de insulina o monitoreo continuo de glucosa, sensor, es que lo más seguro es que cuando pases por el arco de detección de metales pites. En un principio, estos dispositivos sí pueden pasar sin problema, aunque los fabricantes recomiendan evitarlo. Mi consejo es que antes de pasar por el arco se lo comentes a los de seguridad. En muchas ocasiones te harán pasar por otro sitio y te harán el mismo cacheo que te hacen cuando te dejas puesta una pulserita sin darte cuenta.

Esta situación se puede repetir en algún museo que visites. Pero con enseñar el documento o explicarlo basta. Mis acompañantes ya tienen tan asumido que siempre me van a tener que esperar que antes de pasar por el arco ya me dicen el sitio en el que se van a poner para que los busque cuando acabe.

Por último, en caso de estar en tratamiento con bomba de insulina recuerda ponerla en modo avión a la vez que el movil. No vaya a ser que por ponerte un bolo acabe cayéndose el avión, o lo que quiera que pase si no pones los dispositivos en modo avión.

En el Reino Unido

Una vez allí lo que tienes que hacer es centrarte en disfrutar y conocer tu destino. Y para que ninguna hipoglucemia te pare, mi recomendación es que según llegues vayas a un super y compres zumos y dulces. Puedes aprovechar para probar los chocolates de Cadbury, estos del envoltorio morado oscuro. De verdad, para mí son puro vicio, y siempre que compro algo nunca sé por qué decidirme. Ten en cuenta que vas a caminar mucho y cambiar tus hábitos, por lo que cuando te parezca que ya tienes suficiente compra un poco más. Lleva también una botella de agua. No solo por la sed normal, sino por si acaso te pasas corrigiendo alguna hipo o cuentas mal las raciones y acabas en hiperglucemia.

También tienes que tener en cuenta la diferencia horaria. Sopesa la situación y piensa en si debes cambiar la hora de tus dispositivos o no. Si vas a viajar muy poco tiempo y, por ejemplo, no va a afectar a los tramos de los ratios en la bomba, no hace falta que lo cambies. Eso sí, si lo cambias en un dispositivo, cambialo en todos para que no se vuelvan locos con las conexiones.

Imagen de un sunday roast
Sunday Roast

Lo más complicado de viajar con diabetes son las comidas. Hay muchos factores a tener en cuenta: por un lado, no vas a comer a tu hora. Por otro lado vienes de hacer mucho ejercicio, vas a hacer más, lo mismo picas algo entre horas, la cena del hotel no era como esperabas… Y a todo eso hay que sumarle calcular las raciones con el ojímetro. Ten en cuenta que suelen usar muchas salsas y rebozados en las comidas. Muchos restaurantes tienen en sus páginas web los valores nutricionales de las comidas, así que intenta consultarlo. Tampoco te confíes cuando vayas al McDonald’s y sitios así. Aunque tengas dominados los de España, allí cambian los menús e ingredientes, así que revisa los hidratos antes de hincar el diente por si las moscas.

Eso sí, no te vuelvas sin probar un buen desayuno inglés o un Sunday Roast

En el caso de que viajes solo, procura llevar alguna identificación en inglés, como una pulsera o un colgante, que explique que tienes diabetes. Otra buena opción es un papelito en la cartera, bien visible, que explique tu enfermedad y tu tratamiento.

Consejo extra

Cuando te vayas no basta con conocer el vocabulario, sino que tienes que interiorizarlo un poco. ¿Por qué? Pues para que no te pase como a mí. El día que volvía a España, de los nervios por volver a ver a mi familia, ya cambié el chip al español y empecé a pensar todo el rato en castellano. Cuando llegué al control de Stansted y fui a decir que tenía una bomba de insulina en lugar de comentarle con una sonrisa amable a la chica “I have an insulin pump” le dije “I have a bomb with insulin”. La chica me entendió, pero en el instante que le dije bomb puso una cara de entre risa y sorpresa. Por eso, para evitar situaciones extrañas, repasa bien todo el vocabulario relacionado con la diabetes antes de salir de casa (carbohydrates, hypoglycemia, glucometer…).

En resumidas cuentas, prepara todo bien antes para que la diabetes no te fastidie el viaje y puedas disfrutar del Reino Unido y sus atracciones turísticas. Y, en especial, recuerda decir pump y no bomb 😉

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