Y aquí me hallo, incrédulo, perplejo, sintiéndome como lo hicieron los amigos Nietzsche ante su anuncio, tratando de creer lo que acabo de ver, lo que acabo de oír, lo que acabo de sentir, la muerte de Dios. La muerte del Dios de nuestros amigos argentinos. En Argentina hay una religión llamada fútbol y su Dios sería el que ayer, se marchó para unirse con ese Dios cristiano en el que él creía. Argentina ya tiene dos Dioses. Maradona, Argentina te llora y el resto del mundo estamos con vos, Argentina. Se nos fue Maradona, el mayor tanguero en el verde.
Se nos marchó alguien que no era un futbolista, era un danzador que cuando danzaba lo hacía con un balón. El balón era su pareja en su particular tango, que los demás llamaban fútbol. Él quebraba, improvisaba, cambiaba el ritmo de la pasada, tenía una sincronía perfecta con el balón, de manera que los defensas eran meros espectadores de ese baile, ya que no tenían otra opción que ver y disfrutar.
El astro, esta estrella que nos brindó la galaxia un 30 de Octubre de 1960, fue tocado por la mano de Dios el 22 de junio de 1986.
1982, la guerra de las Malvinas
Mientras nuestro protagonista estaba jugando en Boca Juniors, meses antes de moverse a Barcelona, en abril, entre Argentina y Reino Unido estalló una guerra. Bueno lo conocemos como guerra aunque nunca fue anunciado como tal. El conflicto comenzó cuando las tropas del gobierno militar (dictatorial) de Leopoldo Galtieri embarcaron en las islas.
Una de las finalidades del gobierno de Galtieri era recuperar la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. Entonces el 2 de abril de 1982 fue el día D de la junta militar y desembarcaron las tropas en el territorio. Esta operación se la llamó Operación Rosario. Los hechos se precipitaron después de que cuando en el barco ARA Bahía buen Suceso, se izara la bandera Argentina al llegar al Puerto Leith. Acto seguido los mandos argentinos extendieron la noticia de que el Reino Unido había enviado submarinos con armamento nuclear desde Gibraltar. El Reino Unido siempre lo ha negado.
Después de la extensión de dicha noticia, los mandos argentinos dijeron: “Ahora o nunca”, y se dispusieron a llevar a cabo la acción antes que llegasen los supuestos submarinos con armamento nuclear. Los militares empezaron invadiendo Stanley y más pronto que tarde, consiguieron desalojar las autoridades británicas para establecer una gobernación militar argentina. Así pues, el día 2 de abril dio paso a 74 días de conflicto.
Por desgracia para el gobierno militar argentino, las tropas argentinas se rindieron el 14 de Junio ante las tropas británicas enviadas por el gobierno de Margaret Thatcher. 6 días después el Reino Unido declaró el fin del conflicto después de desalojar a los argentinos de la isla Thule.
Conflicto político y social, luego el fútbol
La batalla bélica comparada con otras muchas guerras y batallas, fue bastante corta, pero sus consecuencias se extendieron más en el tiempo. Esta batalla quedó en memoria de muchos argentinos y las hostilidades entre ambos países continuaron.
Esto nos lleva a cuatro años más tarde, a México, a un mundial de fútbol que se debió celebrar en Colombia, pero que este declinó la organización. El entonces presidente colombiano Belisario Betancur dijo “Colombia no tiene tiempo para atender las extravagancias de la FIFA”. Entonces, México se convirtió en el primer país en organizar dos veces un Mundial de fútbol.
22 de junio de 1986, en el maravilloso Estadio Azteca de la Ciudad de México, tenemos el partido, el encuentro de cuartos de final de la copa, ese partido con previa que ya sabe a historia, ese partido en que la historia empieza a preparar la pluma y la tinta ya antes de su celebración, ese día será recordado por los argentinos por los siglos de los siglos. En la cancha tenemos al equipo de los leones ingleses con camiseta blanca y al equipo defensor de la bandera albiceleste con el atuendo celeste.
Llegamos al minuto 51 del partido y aquí el cielo acabó de abrirse por completo para arrojar un haz de luz con un objetivo, un número diez con pelo desaliñado, un escudo de la AFA en el pecho y un corazón que hace remover esa sangre albiceleste que tiene todo argentino. Ese día el Dios cristiano se puso la camiseta, la camiseta del diez y desde arriba bajó una mano para dar el gol a su elegido, al 10 terrenal, a Diego Armando Maradona. Aquí llegó el gol de la mano de Dios y levantó a todo un país que venía de sufrir mucho después de todas las crisis derivadas de anteriores gobiernos.
Pero el tango no es un baile de manos, es un baile de piés, y el mayor danzador en el verde, no podía acabar su baile sin una improvisación culmen de pies, sin un quebrado que dejara boquiabierto a cualquier espectador, tenía que acabar el tango. En el minuto 55 llegó ese clímax, esa explosión de talento, ese apasionante movimiento de pies, llegó el considerado gol del siglo. Y dió a Argentina un pase a la semifinal y un recuerdo para la historia.
Os podría contar el gol del siglo, pero mejor que lo vean contado por nuestros amigos argentinos: